Las consecuencias de la guerra en Ucrania llegan a todos los rincones del mundo de una forma u otra. Una de ellas se mete en los domicilios de manera muy directa: el gas. Rusia era el principal proveedor de gas de la Unión Europea, en torno al 40%, según datos del Eurostat de 2019, pero las sanciones a este país por invadir a su vecino han cortado el suministro. España no depende tanto de la energía rusa como otros países de Europa, como Alemania, pero aun así las subidas del precio se notarán bastante en los recibos.
Por eso es el momento de buscar pequeñas soluciones y atender consejos para ahorrar gas. Es tiempo de ser cuidadosos pero también imaginativos si no queremos tener una desagradable sorpresa cada vez que llega la carta de nuestra compañía.
Elegir bien la compañía y la tarifa
Hoy existen muchas compañías para contratar los suministros de energía y estas pueden bombardear a los clientes con ofertas de todo tipo, no siempre claras. Es habitual que al principio los clientes paguen menos y a los pocos meses la factura se dispare porque era una promoción. Hay que mirar que la mensualidad sea constante, si no puede llegar a descuadrar presupuestos domésticos. Debido al gran número de ofertas, es aconsejable recurrir a un comparador online donde se nos aconsejará según nuestro perfil.
Tarifa regulada o libre
La tarifa regulada del gas, también llamada Tarifa de Último Recurso (TUR), está fijada por el Ministerio para la Transición y se revisa trimestralmente en función de un sistema de subastas. A este plan pueden suscribirse los clientes que consuman menos de 50.000 kWh al año, por lo tanto, no está disponible para comunidades ni industria por norma general. Su principal ventaja es que el precio de la factura del gas no se dispara en momentos de mercados disparados, así que es aconsejable contratar esta tarifa cuando hay crisis energéticas como la actual. Las distribuidoras deben facilitar el cambio cuando el cliente lo solicita.
Ajustar la temperatura de la caldera o el termostato
Es importante que la temperatura de la caldera no esté demasiado alta, ni para la calefacción ni para el agua caliente. No es necesario estar a 30 grados en el interior del hogar. Entre 21 y 23 grados es una temperatura perfectamente idónea, y si se tiene algo de frío, siempre se puede usar alguna prenda cómoda de abrigo o la típica manta calentita para ver la tele. Todo un placer.
Energía solar
Instalar placas solares es una estupenda alternativa para tener un suplemento extra de energía y ahorrar en tu factura eléctrica. Esta energía autogenerada se puede emplear para los radiadores eléctricos o calefactores en momentos puntuales y así dejamos descansar un rato el gas. La instalación de estas placas puede parecer costoso, pero en realidad es una inversión que se empieza a notar cada mes en los recibos. Además, regiones como Madrid, con mucho sol incluso en invierno, son ideales para optimizar esta fuente de energía alternativa.
Chimeneas y estufas de leña
Las chimeneas son mucho más que un elemento decorativo, pueden llegar a ser una estupenda manera de calentar una casa. Obviamente no todos los hogares pueden instalar una chimenea, pero si hay posibilidad es una buena manera de ahorrar gas. No hace falta que sea de obra, hay excelentes estufas de leña que se pueden instalar en una sala con una pequeña adaptación en el techo. Estos dispositivos son capaces de calentar hasta una sala de más de 100 metros cuadrados.
Mejora el aislamiento del hogar
Otra buena inversión es la mejora del aislamiento del domicilio. Unas buenas ventanas ayudan a que no entre demasiado frío de la calle y por lo tanto no habrá que tirar tanto de la caldera. También se pueden revisar los techos y añadir una capa de algún material impermeable o aislante, si es que no lo tiene ya.